El pasado 01 de noviembre la Organización Internacional para la Normalización, más conocida por su sigla en inglés ISO, presentó formalmente en sociedad la nueva ISO 26000 Guía de Responsabilidad Social.
Hicieron falta varios años de arduo trabajo para que esta norma viera la luz y adoptara finalmente su formato definitivo. Nominada originalmente Responsabilidad Social Empresaria, se omitió el último vocablo dejando establecido que dicha responsabilidad no cae sólo en cabeza de los grupos empresarios sino en cualquier organización, con independencia de sus objetivos y de su tamaño. De ahí que la norma se denomine sólo de Responsabilidad Social constituyéndose en una herramienta aplicable no sólo a empresas sino a ONG´s, Universidades, Dependencias gubernamentales, etc.
La responsabilidad social trasciende el marco jurídico sobre legislación laboral y de cuidado del medio ambiente, ya que da por sentado que éstas son obligaciones que cualquier organización está obligada a cumplir en el marco del ejercicio de sus objetivos. Obviamente sería impensado hablar de responsabilidad social sin atender el cumplimiento de la legislación aplicable, máxime si hablamos del cuidado de los trabajadores y del medio ambiente.
Es muy importante señalar que la ISO 26000 no establece requisitos, proporciona lineamientos y recomendaciones; es una guía de orientación y de asesoramiento. Por lo tanto, además de la voluntariedad en su adhesión, no es certificable.
María de la Paz López
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